lunes, 10 de diciembre de 2012

Vacaciones de Otoño. 1ª Parte.

¡Hola a todos de nuevo!

Siento el retraso, pero entre unas cosas y otras el principio del trimestre empezó siendo algo atareado. Por eso. sin más dilación paso a contar mi viaje a Kyoto, Nara y Osaka.

Como la entrada en sí sería muy larga, he decidido partirla en dos, hablando primero de Osaka y Nara y en la siguiente de Kyoto, que es en donde estuve más días de las vacaciones (además de que así lo cuento de forma cronológica).

Y empezamos por donde empiezan todos los viajes (tarifa económica) ¡el bus! Pero ojo, que aquí el bus es un lujo, no como los españoles que no hay quién encuentre la postura. Salía desde Tsukuba (véase, donde estoy viviendo ahora) y nos llevaba directos a Kyoto, con una duración de unas 8 horas.

 Te dejan zapatillas para que te descalces y si te levantas puedas ir al baño del bus con ellas. No las usé pero es todo un detalle.

 Esto es lo que se puede echar para atrás el asiento. También te dan la mantita. La parte trasera de la pierna, donde están los gemelos, también se sube.

 Y la parte que está debajo de las zapatillas también se baja.

Yo haciendo el tonto en la fila del medio del bus. Solo hay tres asientos por fila y entre ellos siempre hay un pasillito. Las luces las apagan todas y las cortinas no dejan que entre la luz de las farolas, perfecto para dormir (y nadie roncaba).


Tras el bus, nos echaron al frío mañanero a las intempestivas 6 de la mañana (el bus seguía hasta Osaka).

 Aquí estábamos esperando otro bus para ir al hostal, pero estuvimos más de media hora dando vueltas a la estación (donde nos dejó el bus era la parte de atrás de la estación y entre eso y el sueño no nos orientábamos).

 Calle del hostel Mundo chiquito. (No, no tenían ni idea de español)

 Por fuera. Era un sitio pequeño, pero era muy agradable y todos eran muy simpáticos.

Dejamos las maletas y nos fuimos hasta Osaka. De todas formas es una ciudad a la que tenemos que volver, porque fuimos a la aventura, sin preparar. Es decir, fuimos por la parte nueva y no vimos monumentos ni nada importante.

 Lo que vimos así más llamativo fue el Centro Pokémon. Lleno de niños ricos y familias despilfarradoras.

 Barrio por Osaka (metro).

 Y ya que estábamos cerca nos acercamos al mar (bueno, esto es una ría). Es una de las cosas que echo de menos en las ciudades en las que estudio, no tienen mar.

 De vuelta para Kyoto, la fábrica de chocolate Meiji, que es la más famosa en Japón.

 Se ve mal en la foto, pero sí que parecía una tableta de chocolate meiji gigante *_*

Y al segundo día tocó ir a otra ciudad muy conocida, Nara, famosa por sus ciervos.

En la estación de tren tienen una especie de maqueta dándote la bienvenida.

 Este es un mapa de la ciudad, especialmente hecho para turistas. De todas formas es una ciudad chiquitina, con seguir una calle y para el frente vas a lo importante.

 Y este fue el primer templo que vimos. No es famoso, es relativamente moderno (vamos como si andas por la calle y te encuentras una iglesia románica o del estilo por Salamanca)

 Estas tablillas colgadas son para pedir deseos. Entre los que pude leer había uno para aprobar un examen de ingreso al instituto, otro de una señora para mejorar/mantener la salud (80 años)... La edad no  importa con lo que es bastante variado.

 Y estas son las famosas puertas (marcos de puerta) típicos. Tras ellos estaría el mini santuario.

 Este no era muy grande, que estoy apoyándome en el suelo y haciendo el paripé.

 Y esto es lo que sería la entrada principal y donde hacen las oraciones. Tu vas, das una palmada dejando las manos en plan oración, pides lo que sea, echas una moneda a la caja que hay detrás de la valla y zarandeas la cuerda gruesa para que suene el cascabel gigante.

 Este no tengo muy claro si es un cementerio de verdad o ritual/espiritual. Era bonito, aunque el día no acompañaba, llovía cada dos por tres.

 La pagoda de Nara.

 Y cómo no, los famosos ciervos de Nara. Aunque los pobres estaban pasados por agua. Este se nos acercó muy majamente, seguro que esperaba que le diéramos comida; no lo hicimos.

 Después de andar con ellos fue cuando vimos este gracioso cartel, en el que los adorables ciervos muerden  y embisten a una anciana y golpean y atacan a una niña. En el escrito en japonés te explican más que en el inglés. 

Y esta sí es una puerta grande, es la que llevaba a la pagoda y al parque de los ciervos asesinos.

Y con esto acabo de contar Osaka y Nara. Mañana Kyoto (y si eso amplio esta, porque es tarde y estoy cansada (00:33))

¡Qué descanséis! Espero que os haya gustado mi entrada express :P

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